viernes, abril 10, 2009

La noche que Norati ardió en llamas




Llevaba 3 años viviendo en Norati cuando sucedió.
Nadie lo vio venir.....
Dicen que fue intencional...otros aseguran haber visto caer un rayo sobre los pastizales.
Como haya comenzado, a estas alturas importa poco. Sólo sabemos que terminó.
El fuego terminó con todo.
Hace 3 años, cuando llegué, Norati y su gente me dieron el cobijo que en mi viaje había estado buscando.
Tras largas noches de desvelo y cientos de rutas a pie, había encontrado en mi viaje un lugar lo suficientemente apacible para formar mi hogar.
Al principio siempre pensé que algún día debería partir. No había fecha ni luna que me indicara cuando. Sólo sabía que mi viaje no terminaría aquí. Esa es y era la razón de mi viaje : Siempre seguir avanzando.

Tal como lo mencioné en mi bitácora en esos días, me quedaban muchos lugares por recorrer.
Pero me dejé arropar por la tibieza del lugar...de su gente..de sus mañanas y atardeceres.

Y así me fui quedando.... Mis compañeras de viaje también se acomodaron en el lugar.
Mañana tras mañana.... noche tras noche....mis pies si unían cada vez mas al suelo húmedo y tibio de sus calles.

Poco a poco comencé a ser parte de su gente, de sus fiestas y de sus cultivos.
Celebré tres abundantes cosechas después de tres periodos de larga siembra, cuidado y riego.

Fui parte de la dulzura y amargura de su gente celebrando nacimientos y muertes.

Formé un hogar...con la tibieza necesaria para ser ahí donde deseaba llegar cada tarde después del campo. Logré comprender las verdaderas fuentes de mi tranquilidad en esas tierras.
Logré reconocer la importancia de mi transformación interior.
Ahí crecí y fui feliz.

Por eso hoy, cuando vuelvo la vista atrás y veo sólo las cenizas de lo que fue mi hogar durante este tiempo....Tiemblo. Tiemblo de dolor, de tristeza y nostalgia.

Todo fue tan repentino. Era una mañana plácida con un sol armonioso en forma y calor.
El pueblo se preparaba para la celebración de la cosecha estival.
Las calles estaban adornadas con tantos colores como aromas y sonrisas.

Nadie sabe como se sucedieron los hechos. Aún no logro entender que falló.
Creo que la sensación inexorable de seguridad nos sorprendió a todos desprevenidos.

Sólo recuerdo los primeros gritos...las personas corriendo de una puerta a otra alertando del fuego.

En un momento me detuve a mirar la locura y el caos.....entendí que nadie se libraría al menos de una pérdida ese día. Nunca imaginé que todos, sin excepción y el pasar de los días, perderíamos todo.

Han pasado algunos días y aun no es fácil aceptarlo. Después del fuego he usado mas de alguna estrategia interna para evitar la pérdida y el dolor de toda esta devastación.

Pero estoy familiarizada con el sufrimiento y las pérdidas. Estoy familiarizada con la guerra y la devastación.
Es por esto que hoy, al dejar sólo cenizas tras mío logro modificar mi actitud frente a la tristeza.
Hoy puedo cambiar mi percepción de una pérdida. Me libero de ella liberándome de sus causas.
Norati existió. Y fui feliz. Pero liberarme de mi deseo de permanecer en ese lugar, me libera intrínsecamente del dolor de no estar más ahí.

La irremediable pérdida de Norati no es el fin del mundo. Yo conozco el fin del mundo y este, definitivamente, no lo es.

Hoy tengo la capacidad de cambiar las perspectivas.
El día que Norati ardió en llamas fue el día que comencé a modificar mi perspectiva de lo que debía ser un hogar, una familia, un futuro.
Seguir aferrada a lo que viví durante estos años sólo sería perpetuar la tristeza de no tenerlo más.

Debo reconocer que los primeros días sólo sostenía mi cabeza entre mis manos sin poder comprender lo sucedido.
Debo reconocer que lo negué mas de mil veces e intenté infructuosamente reconstruir, al menos mi hogar.
Pero las maderas carcomidas por el fuego y la espesa niebla que formaban las cenizas a mi paso me lo impedían.
Nada sería igual aun cuando lograra levantar nuevamente sólo cuatro paredes.
El olor...ese fuerte olor a brazas me recordaría siempre que lo que lograra reconstruir nunca sería lo que fue.

Durante la Segunda Guerra mundial, un psiquiatra judío comprendió porque sobrevivían algunos detenidos por los nazis, aun cuando su condición de atrocidad, su edad o fortaleza física era menos favorable de otros que sucumbían ante la muerte.
La razón compleja y simple a la vez, es que ellos lograban encontrarle un significado a su sufrimiento.
Así fue : Encontrarle un sentido a tanto sufrimiento.
Aún en estas condiciones extremas hubo algunos que lograron reflexionar sobre cualquier significado que pudiera tener semejante atrocidad.

Y así es... Y aquí estoy ...después de 5 meses de aquella mañana infernal, absolutamente segura que todo lo sucedido tiene sentido. Y lo tendrá por el resto de los días que dure mi viaje .

Al principio lloré por lo injusto de todo esto. El dolor en el pecho me impedía respirar tanto o más que el humo y las cenizas.

Extrañaré cada uno de los días que ahí pasé. Recordaré cada cierto tiempo todo lo aprendido, reído y llorado. Lo más probable es que cada vez que recuerde mis años en Norati, esboce una sonrisa. Porque ahí fui feliz....ahí le encontré sentido a la vida, el amor y la familia después de mucho tiempo.

Nunca olvidaré todo lo que recibí de su gente, de la amistad y de la pasión con que vivían cada día.

Pero ya voy cruzando la ladera con el pueblo de Norati a mis espaldas.

Tal como lo hice durante casi todo mi viaje....nuevamente voy descalza. Sólo para sentir que existe tierra húmeda y tibia en todos lados y para que las huellas de mis pies siempre me indiquen por donde no debo volver a pisar.