lunes, diciembre 07, 2009

Río Abajo

Al comienzo creí que era la costumbre de andar sobre aguas pantanosas lo que me hacía sentir que el andar se hacía más ligero.

Hace días que lidiar con las ramas y el fango no era incómodo.
Cada vez caminar en estas aguas me exigía menos esfuerzo. Solo el cansancio de llevar tantos días de pie y caminando me hicieron buscar un pedazo de tierra firme para sentarme y descansar.

Sería sólo por un momento. La noche llegaría pronto y necesitaba seguir avanzando.

Fue durante aquel momento y cuando todo estaba en absoluto silencio cuando sentí el sonido… ¡qué maravilla estaba escuchando!

Era de bastante lejos, pero no cabía duda.
Era el suave y fastuoso sonido del fluir de las aguas golpeando las piedras. Ese amable sonido con el cual había soñado cada noche poder encontrar.
Abrí y cerré los ojos para asegurarme que estaba despierta.

Sentir que era real y no más solo parte de un anhelo me llenó de serenidad.
El sonido del torrente me hizo creer que el rio no podía estar tan lejos. Si lo escuchaba era porque podía llegar a él antes del anochecer.

Me olvidé del cansancio y comencé a dar tropiezos entre tanto pantano tratando de caminar más rápido. Levantando mis rodillas como queriendo caminar sobre las aguas. Agitando los brazos para impulsarme con más fuerza y rapidez.

Caí un par de veces.
Varias.
En una de ellas me herí profundamente con unas ramas. Sangré un poco, después bastante, pero el dolor y la herida no eran capaces de alterar mi agitación y mi estado de exaltación absoluta.
Nada era comparable con el estremecimiento de estar cerca de lo que para ese momento era lo único que deseaba lograr: Llegar al rio.

Y a mi llegada encontrar en él aguas cristalinas, gentiles y refrescantes.

No fue fácil encontrar la orilla. Me tomó un par de horas. Al principio era confuso.

Pero había llegado al río.
La ansiedad de todos estos días me hizo soñar con encontrarme con una parte del río apacible, sutil, donde no sólo iba a podría meter suavemente mis pies descalzos y refrescarme, sino también desnudarme, nadar, flotar, bañarme de forma plácida y eterna.
Donde el agua fluyera con serena continuidad…casi como un arroyo.

Pero la parte del rio que había encontrado no era de aguas quietas. No eran aguas cristalinas y tampoco se veían gentiles. Muchas piedras, muchos remolinos que junto con el furioso torrente erosionaban grandes rocas dispares entre sus aguas.

La violencia y fuerza del agua me atemorizaba. Sus aguas bajaban furiosas y crueles, moliendo cada piedra a su paso, como queriendo que nada a su paso continuara con vida. Cada gota de este río bajaba con enfado y brutalidad.

Temerosa y con pavor veía toda esta turbulencia. Mas no retrocedería.
Posiblemente para impulsarme a seguir…pero para devolver y deshacer mis pasos…jamás.

Estas aguas indómitas no cambiarían mis planes.



El río estaba frente a mí.

Revoltoso y rabioso.

Tan concentrado en su turbulencia que no lograba darse cuenta que con la llegada de una suave brisa, el rocío comenzó a refrescar mi cara.

Por mientras caminaré por la orilla….río abajo.

Con la profunda convicción que estas aguas no son eternas. Que la calma no tardará en llegar.

Por mientras seguiré anhelando ese atardecer en que las aguas me bañarán desnuda, flotando, con los brazos extendidos y en paz.

Y seguiré soñando que lo más probable con más tesón que inercia, caminando río abajo, llegaré al mar.




domingo, noviembre 22, 2009

I Choose

No siempre las cosas son como uno quisiera. Pero sí somos capaces de hacerlas lo más parecido a lo que soñamos.

En estos días, durante mis largas caminatas y mis más largas aún meditaciones, he descubierto que no solo la arcilla se puede moldear como nuestras manos la van formando…sino que la vida también.

Y no estoy descubriendo la pólvora ni la rueda…solo estoy reafirmando mi deseo de hacer de mi vida lo que deseo y no lo que ella quiere de mi.

Mi vida me pertenece ….no yo a ella.

He sido de dueña de mis errores y de mis triunfos…de mis derrotas y de mis aciertos. Estoy donde estoy parada en este momento porque yo lo quise así.

Este proyecto de seguir caminando, dejando huellas y senderos tras mío, sobrepasando las noches frías y seguir buscando, me está dando resultados…..muchas veces no los que quisiera, pero son resultados. Y es precisamente de estas consecuencias de las cuales soy absolutamente responsable.

Después de andar un buen tiempo, dejando las cenizas de lo que fue Norati , he podido elegir muchos senderos…unos mas pedregosos que otros. Mis compañeras de viaje siguen fieles a mi lado, recordándome a cada instante que la vida es una maravillosa experiencia llena de dulzura aprendizaje y gratificación. Cada vez veo más cerca el día en que comiencen a imaginar senderos propios, pero siempre caminaremos juntas en alma y en deseo.

Hace días, eso sí, la ruta se ha vuelto un poco pantanosa…llena de vegetación, de aguas y de seres increíbles que parecen cada cierto tiempo entre medio de lo silvestre.

Son grandes mantos de aguas estancadas…pero es agua dulce y de poca profundidad.
Es cierto…me impiden avanzar con ligereza, pero no me atormenta el quedarme con los pies metidos por un tiempo por estos lados.

Pienso que pronto podré avistar el rio con más afluencia y ahí se volverá todo más grácil y gentil.

He optado por caminar entre los pantanos con mucha cautela. Un par de veces he terminado de bruces con el cuerpo y la cara sumergida en el agua…pero insisto. Son aguas poco profundas y no han impedido que me falte el aire.

Mi espíritu impaciente e impetuoso me ha llevado en mas de alguna oportunidad a tratar de avanzar con el andar más rápido…pero ustedes conocen los pantanos…..esa no es la forma de avanzar. Solo el paso seguro, firme y decidido me ha llevado a estar más cerca de donde quiero llegar.

No sé si será el rio lo que encuentre más allá o simplemente tenga que optar por salir a la orilla y buscar otro sendero. Espero que la paciencia me ayude a no tomar la decisión equivocada.

Porque de algo, si tengo certeza……es que el rio me llevará al mar…y creo que es ahí, donde me deseo encontrar.

viernes, abril 10, 2009

La noche que Norati ardió en llamas




Llevaba 3 años viviendo en Norati cuando sucedió.
Nadie lo vio venir.....
Dicen que fue intencional...otros aseguran haber visto caer un rayo sobre los pastizales.
Como haya comenzado, a estas alturas importa poco. Sólo sabemos que terminó.
El fuego terminó con todo.
Hace 3 años, cuando llegué, Norati y su gente me dieron el cobijo que en mi viaje había estado buscando.
Tras largas noches de desvelo y cientos de rutas a pie, había encontrado en mi viaje un lugar lo suficientemente apacible para formar mi hogar.
Al principio siempre pensé que algún día debería partir. No había fecha ni luna que me indicara cuando. Sólo sabía que mi viaje no terminaría aquí. Esa es y era la razón de mi viaje : Siempre seguir avanzando.

Tal como lo mencioné en mi bitácora en esos días, me quedaban muchos lugares por recorrer.
Pero me dejé arropar por la tibieza del lugar...de su gente..de sus mañanas y atardeceres.

Y así me fui quedando.... Mis compañeras de viaje también se acomodaron en el lugar.
Mañana tras mañana.... noche tras noche....mis pies si unían cada vez mas al suelo húmedo y tibio de sus calles.

Poco a poco comencé a ser parte de su gente, de sus fiestas y de sus cultivos.
Celebré tres abundantes cosechas después de tres periodos de larga siembra, cuidado y riego.

Fui parte de la dulzura y amargura de su gente celebrando nacimientos y muertes.

Formé un hogar...con la tibieza necesaria para ser ahí donde deseaba llegar cada tarde después del campo. Logré comprender las verdaderas fuentes de mi tranquilidad en esas tierras.
Logré reconocer la importancia de mi transformación interior.
Ahí crecí y fui feliz.

Por eso hoy, cuando vuelvo la vista atrás y veo sólo las cenizas de lo que fue mi hogar durante este tiempo....Tiemblo. Tiemblo de dolor, de tristeza y nostalgia.

Todo fue tan repentino. Era una mañana plácida con un sol armonioso en forma y calor.
El pueblo se preparaba para la celebración de la cosecha estival.
Las calles estaban adornadas con tantos colores como aromas y sonrisas.

Nadie sabe como se sucedieron los hechos. Aún no logro entender que falló.
Creo que la sensación inexorable de seguridad nos sorprendió a todos desprevenidos.

Sólo recuerdo los primeros gritos...las personas corriendo de una puerta a otra alertando del fuego.

En un momento me detuve a mirar la locura y el caos.....entendí que nadie se libraría al menos de una pérdida ese día. Nunca imaginé que todos, sin excepción y el pasar de los días, perderíamos todo.

Han pasado algunos días y aun no es fácil aceptarlo. Después del fuego he usado mas de alguna estrategia interna para evitar la pérdida y el dolor de toda esta devastación.

Pero estoy familiarizada con el sufrimiento y las pérdidas. Estoy familiarizada con la guerra y la devastación.
Es por esto que hoy, al dejar sólo cenizas tras mío logro modificar mi actitud frente a la tristeza.
Hoy puedo cambiar mi percepción de una pérdida. Me libero de ella liberándome de sus causas.
Norati existió. Y fui feliz. Pero liberarme de mi deseo de permanecer en ese lugar, me libera intrínsecamente del dolor de no estar más ahí.

La irremediable pérdida de Norati no es el fin del mundo. Yo conozco el fin del mundo y este, definitivamente, no lo es.

Hoy tengo la capacidad de cambiar las perspectivas.
El día que Norati ardió en llamas fue el día que comencé a modificar mi perspectiva de lo que debía ser un hogar, una familia, un futuro.
Seguir aferrada a lo que viví durante estos años sólo sería perpetuar la tristeza de no tenerlo más.

Debo reconocer que los primeros días sólo sostenía mi cabeza entre mis manos sin poder comprender lo sucedido.
Debo reconocer que lo negué mas de mil veces e intenté infructuosamente reconstruir, al menos mi hogar.
Pero las maderas carcomidas por el fuego y la espesa niebla que formaban las cenizas a mi paso me lo impedían.
Nada sería igual aun cuando lograra levantar nuevamente sólo cuatro paredes.
El olor...ese fuerte olor a brazas me recordaría siempre que lo que lograra reconstruir nunca sería lo que fue.

Durante la Segunda Guerra mundial, un psiquiatra judío comprendió porque sobrevivían algunos detenidos por los nazis, aun cuando su condición de atrocidad, su edad o fortaleza física era menos favorable de otros que sucumbían ante la muerte.
La razón compleja y simple a la vez, es que ellos lograban encontrarle un significado a su sufrimiento.
Así fue : Encontrarle un sentido a tanto sufrimiento.
Aún en estas condiciones extremas hubo algunos que lograron reflexionar sobre cualquier significado que pudiera tener semejante atrocidad.

Y así es... Y aquí estoy ...después de 5 meses de aquella mañana infernal, absolutamente segura que todo lo sucedido tiene sentido. Y lo tendrá por el resto de los días que dure mi viaje .

Al principio lloré por lo injusto de todo esto. El dolor en el pecho me impedía respirar tanto o más que el humo y las cenizas.

Extrañaré cada uno de los días que ahí pasé. Recordaré cada cierto tiempo todo lo aprendido, reído y llorado. Lo más probable es que cada vez que recuerde mis años en Norati, esboce una sonrisa. Porque ahí fui feliz....ahí le encontré sentido a la vida, el amor y la familia después de mucho tiempo.

Nunca olvidaré todo lo que recibí de su gente, de la amistad y de la pasión con que vivían cada día.

Pero ya voy cruzando la ladera con el pueblo de Norati a mis espaldas.

Tal como lo hice durante casi todo mi viaje....nuevamente voy descalza. Sólo para sentir que existe tierra húmeda y tibia en todos lados y para que las huellas de mis pies siempre me indiquen por donde no debo volver a pisar.

lunes, enero 14, 2008

Los con Alma de Piel

De todas las formas de tipificación existentes para diferenciar a las personas, hay una en especial que no sólo me agrada más que otras, sino que me permite distinguir entre quienes son parte del paisaje de la vida y quienes pasan a formar parte de esa misma vida...duraderas o no, siempre son portadoras de historias trascendentes y dejan al menos una huella.

Los divido en seres que poseen un “alma hundida” y seres que tienen
“alma de piel”.
Los primeros llevan el alma hundida, escondida, en un lugar donde es difícil entrar. Son quienes, que aún mirándolos a los ojos, es imposible saber que sienten, que piensan, que transmiten, que traman.
Generalmente , estando enfrente a uno de ellos, queda la sensación que sus palabras difieren de sus sentimientos, que sus acciones no van a la par con sus intenciones y que por más que lo intentemos... caso perdido....tienen el alma hundida.

También están los segundos...aquellos a quienes llamo con “alma de piel”. Son aquellas personas que llevan el alma en los ojos, en las palabras, en los gestos de sus manos, en su risa y en su piel.


Los hay de alma buena y alma no tan buena...pero la llevan por delante..como su carta de presentación, como su puerta de entrada.

Aunque sean segundos frente a ellos, dejan el recuerdo para toda la vida.
Trascienden más allá del tiempo compartido...más allá de los temas conversados... más allá de los recuerdos.

Son parecidos a aquellos libros que nunca olvidamos. Los disfrutamos, los leímos, los entendimos, nos entretuvimos, pero lo mejor de todo...nunca nos olvidamos de ellos.

Los con alma de piel trascienden, y al final de los días, son parte de la historia que nos llevamos de toda una vida.

sábado, septiembre 29, 2007

I Will Be Back

Y aquí estoy ... Hace días que tengo la necesidad de transformarme en la FlakaMacArthur y cumplir la promesa que me hice cuando puse punto final a esta Bitácora : I will be Back.
En esos momentos no sabia cuando..Solo el tiempo lo diría.
Admiro y envidio a los verdaderos artistas de las letras.....a quienes las palabras le fluyen por las venas y por el alma...en tiempos de calma y tempestad....

Después de haber sufrido esta especie de verborrea hace unos años atrás y haber dejado que pasara mas de un año sin volver a escribir, me confirma una vez mas que mis letras fluyen más fácilmente, desde del dolor.
Nada mejor que el dolor para botar al aire todas esos fantasmas y pesadillas que no me dejaban dormir.

Ahora duermo bien...a no ser que me desvele alguna falta cometida, algún pendiente transformándose de bola de nieve en avalancha o la revisión técnica que la tengo vencida hace mas de un mes.
Pero en definitiva...hoy duermo bien..

Estoy contenta con la vida, con mis días y conmigo.

Si la felicidad es tener más ratos gratos que ingratos....entonces soy feliz.

Esto no significa que ando por la vida riéndome como una idiota o que camino en cámara lenta sonriéndole a los pájaros en primavera...
( A todo esto, la alergia me esta matando)

Volvamos...te decía que no ando riéndome como idiota todo el día. Tengo penas, paso rabias y hay algunos asuntos que me tienen intranquila.
Como por ejemplo el vivir día a día la experiencia de tener una hija adolescente. Que niña(o mujer?) mas exquisitamente insoportable!!.
Y digo exquisitamente por que gozo con cada uno de sus arranques de inestabilidad emocional, porque es mi hija...y se que lo que esta pasando por su cabeza, su cuerpo y sus hormonas es algo natural...pero definitivamente...las mujeres estamos preparadas para el embarazo, el parto y el post parto( con depre incluida),...pero jamás nadie nos preparó para sobrevivir los años de una hija adolescente.
Si en 3 años mas me siguen viendo aquí.....Por favor mándenme flores, por que significa que he logrado una hazaña mas grande que subir the North Face....

Vivo la etapa donde su padre es su mejor amigo y yo me he transformado en su enemiga Nº 1.
Pero no me miren con cara de mártir....es solo a ratos, porque diez minutos después que me dejó hablando sola y mirándome con esa expresión que me enrostra que soy perna y no cacho na’ ...paso a ser inmediatamente la “amigui”..... Obvio...soy la que da los permisos , pasa la plata y que entrega abrazos y arrumacos sin condición.
Ahora vengo a entender que significa la edad del pavo.....Viene de la palabra “pavor..”...y les juro que no exagero.

Sus hormonas han pasado a ser las protagonistas de su historia...en este intento de definir día a día su posición ante sus padres, sus amigos y su pololo... ( Si...¡cielos!..tiene pololo)

Lo que para mi son limites, para ella es sinónimo de “prohibición”. Y lo que para mi fueron 20 minutos de ardua negociación....para ella es injusticia y dictadura cruel.


Yo fui igual...y creo que peor....es por eso que sigue siendo exquisitamente adolescente.
La adoro y es una maravillosa persona.
Es dulce y etérea, delicada y soñadora.
Por eso me he propuesto sacar paciencia y fe de donde ni siquiera me alcanza la mano.
Juro todos los días que no me lo tomaré como algo personal.

Tengo claro que hay lecciones que debe aprenderlas sola...pero me aterra que en el aprendizaje se haga daño o le causen dolor.

Desde hace unos días estoy aprendiendo a elegir las batallas y así no comenzar una guerra en cada punto que no estamos de acuerdo.

Es asi como tendré que morderme la lengua cuando se le ocurra ponerse bóxer o ponerse un pañuelo viejo y deshilachado en la cabeza.
Me siento grande cuando no desapruebo su look y logro admirar el espíritu que ahí detrás de el.


Espero que mi actitud logre acelerar esta travesía de su propio descubrimiento.

Me convenzo a diario que estas formas de auto expresión, dentro de una generación harán que parezcan cosas de niños...

Y lo mejor de todo...es que a esas alturas...ella ya será madre y comenzará a entenderme.

martes, septiembre 12, 2006

Bitácora de un Encuentro (El Viaje Final)


Este mes se cumplirán 14 meses desde que inicié este viaje
Nació como una necesidad de gritar lo que me estaba matando, de llorar lo que ya no me dejaba dormir y de hablar de lo que era incapaz de hablar.

Al que recorra este viaje conmigo, se encontrará con un relato muchas veces tan íntimo que será imposible descifrar las palabras entre tanta metáfora y alegoría....

Escondí palabras tras las palabras...disfracé dolores y ausencias.... todo por emprender mi viaje hacia el Encuentro...

Estaba perdida y con claros signos de desorientación, la muerte de Cristián me había dado vuelta mil veces en el aire y no había caso de sostener mis pies firmes en la tierra.
Mientras intentaba caer, aparecían otros duelos de mi vida que habian quedado atrás sin haber sido llorados, sin haber sido enterrados.


De tanto buscar el sentido de los sucesos, todo perdió sentido...
Incluso la misma vida.
Sólo el dolor de no ver más a mis hijas me mantenían con vida.
Muchas veces escuché...”tu eres fuerte”... “es normal”... “ya pasará”.....
Resultó que ya no quise ser tan fuerte, nada parecía normal y todos los días sentía que nada pasaría....ni siquiera el tiempo.
La poca lucidez que me estaba dejando este inmenso dolor, me dio la fuerza mínima y necesaria para buscar ayuda.


Es así, como el 30 de Septiembre, después de 8 meses de duelo y dolor intenso, comencé a relatar lo que sería este camino a la recuperación de la cordura, la vida y el Encuentro con mi alma sanada y cicatrizada.

Durante un año fui relatando los rumbos, velocidades, maniobras y accidentes de mi viaje. Recorrerlo no sería ni fácil ni rápido. Nadie podía decirme cuanto duraría o si algún día el camino al Encuentro me llevaría donde necesitaba llegar.

Ha sido un camino largo, doloroso, pero nunca he estado sola. El comienzo de este viaje coincide con la primera vez que conocí a mi brújula (Bitácora de un Encuentro 1), Alejandra, mi psicóloga y compañera de viaje hasta el día de hoy.
Su sabiduría y apoyo siempre me han mostrado por donde no debo volver a pisar y cuales son los caminos que nunca debo olvidar que recorrí.


Mis compañeras de viaje (Bitácora de un Encuentro 4) sin saberlo, nunca me han dejado sola. Esa loca ardilla (Fernanda)y esa frágil mariposa (Francisca), son mis hijas.
Su inocencia, sus abrazos, su dulzura inagotable, han hecho que mi viaje valga cualquier esfuerzo. Sin saberlo me han acompañado en el dolor y en la soledad. Sin saberlo, sus sonrisas fueron fuerza, sus juegos fueron esperanza y sus abrazos fueron mi único motivo para apegarme a la vida. Sin saberlo, ellas SON y serán siempre mi vida.

En mi viaje conocí lugares y personas.
(Bitácora de un Encuentro 6 y 7).
A veces me hicieron bien....otras me hicieron mal.....pero siempre me ayudaron a avanzar.

Cometí errores e imprudencias... como también las cometieron conmigo.... pero siempre seguí avanzando.

Recibí sin entregar nada, pero también entregué para irme con las manos y el corazón vacío.


Después de cada experiencia vivida en estos lugares y con algunas personas sentía que el camino se me hacía cuesta arriba....erraba y vagaba.

Pero siempre pude avanzar.

Y recibí, el año nuevo en paz... en un lugar donde la noche me invitaba a creer en lo nuevo y en lo simple. (Bitácora de un Encuentro 8).
Y es así como en febrero de este año presencié mi propio nacimiento. (Bitácora de un Encuentro 9).
Como aquí lo relato, fue un proceso lleno de renuncias y dolores...pero sentí que una vez más podría ver la vida con la vida y no con la muerte.

Claramente, mi viaje hacia el Encuentro iba por la ruta acertada.

Ya caminaba con menos miedo y más ánimo.... ya me daba el gusto de descansar y de disfrutar del paisaje y de los ríos. Mi hablar ya no era pausado por efecto del dolor, sino que era la paz la que me hacía hablar y escribir con calma.



Cada día sentía que los fantasmas me dejaban caminar con mayor libertad.
Comencé a disfrutar de la brisa y de la risa y de la compañía de “mi mapa”...”mi dulce mapa” (Bitácora de un Encuentro 10). Al principio la incertidumbre, la incredulidad y la poca fe me frenaban, pero al poco andar, decidí seguir camino con mis compañeras de viaje y mi mapa.

Francisco(mi mapa y mi pueblo de Norati) sus hijos, mis hijas y yo, llevamos 8 meses compartiendo nuestras vidas, los fines de semana en familia y nos hemos rodeado de risas e invadido de energía pura.

Los 5 me han invadido de risa y energía pura.
Ver nuevamente la vida llena de amistad, cariño y ternura me ayuda a despertar y dormirme en paz.

Mi dolor tuvo muchas nombres a lo largo de este camino..se llamó soledad, se llamó angustia, depresión, y también muerte.
Hoy es lo que me hace sentir fuerte y viva.


Gracias a ti Alejandra.
A ti Francisca, mi hermosa y dulce amiga, a ti Fernandita, que con tu risa me mantuviste en pie.
Gracias Ché Hugo, que durante meses me alentaste a seguir escribiendo esta historia.
Gracias Vieja y Maca que siempre me permitieron conectarme con el recuerdo sin juzgarme.
Gracias Juan, por enseñarme que no estaba sola...
Gracias Negra y Paula “María” por su incondicional amistad.
Gracias Familia... que a pesar de la distancia y el silencio siempre los sentí a mi lado.
Y gracias a ti, mi amor, por ser ante todo, mi mejor amigo y secar mis lagrimas con tus dulces abrazos. Muchas veces entendiendo todo esto sólo con la sabiduría que te ha dado el amor y el cariño.


Han pasado 20 meses y no hay día que no piense en Cristián.
Aún sueño con él. Aún recuerdo lo maravilloso que es amar intensamente y lo doloroso que es perder a quien se ama.

Aún lloro su ausencia y pienso en lo que vivimos y dejamos de vivir.
Su partida encendió mil miedos y un mundo real. Tan real como mi dolor.

Pero el dolor se ha transformado en sosiego y mis lágrimas me permiten recordar que siempre tendrá un espacio importante en mi historia y mi corazón.

Hoy no pretendo vivir sin tristeza...sólo deseo vivirla sin juzgarla.


sábado, abril 22, 2006

Bitácora de un Encuentro (13)




El pueblo de Norati ha resultado ser un lugar apacible, entretenido y acogedor.
Sé que algún día tendré que partir, no para volver...sino para seguir avanzando.
Cada día me cuesta más recordar que esto puede ser sólo parte de mi viaje y no el fin.

Tengo muchos lugares que recorrer aun, debo encontrar el camino al Encuentro nuevamente, antes de sumirme en la estática de la comodidad y dejarme arropar por esta especie de tibieza hogareña que he encontrado aquí.

Ya llevo casi cuatro días y he conocido tanto de este lugar, como si llevara siglos.
Y no es una exageración.
Hay veces en que incluso tengo la impresión de estar frente a un deja vu.
Prefiero pensar que es algo que siempre soñé.
Me siento parte de esta gente, de sus costumbres, de sus ritos y sus calles.
Me es tan familiar todo.
Siento que vale la pena quedarme unos días mas....me convenzo a cada instante de que vale la pena vivir por estas cosas, aunque vivir algún día se acabe.

Como lo dije anteriormente, aun vivo mañanas en que creo estar frente a una inventada inmortalidad, frágil como un reloj de arena.
Como también hay momentos en que todo tan bello y cálido, tan inesperado y tan ansiado, me hacen temer que esto es lo que me tocaba vivir, justo antes de morir.
No exagero...así me siento hoy.

Siento estar sumida en un encantamiento tan sublime que sólo se podría vivir si estuviese cerca de la muerte.

Y me siento tan lejos de la muerte(hace tiempo que con la muerte estamos en paz).
Hace días que comienzo a entender que la muerte sólo hace lo suyo. Que a pesar de la muerte, la vida sigue.

El cuerpo no nos define, ni nos limita. Nadie llega solo hasta donde terminan físicamente sus extremidades. Pensamos que más allá de eso, no somos...No son.
No es así... La muerte acaba con un cuerpo, pero jamás logrará acabar con los recuerdos, las conexiones, ni el lejano sonido de las risas y las lagrimas vividas.

Entender esto ha sido parte de un proceso sanador que no ha sido fácil.
Hoy sé que no engaño a la vida, pensando en la muerte. No cometo infidelidad ni traición al acercarme a los recuerdos.
No hay ingratitud al llorar la muerte.
He derramado lágrimas como nunca antes en mi vida. Poco a poco dejan de ser parte del dolor.
Los nativos de Norati me han ayudado a comprender los mecanismos de la memoria y el conocimiento más que ninguna otra tribu.
Saben que la única forma de anular el recuerdo de la muerte es modificar el rastro de la vida.
Que para olvidar hay que reinventarse.

Durante mucho, pero mucho tiempo, pensé que para enfrentar el caos de la muerte debía esforzare a reestablecer el orden.
Aquí, la gente se inventa uno nuevo, que se distingue por ser precisamente opuesto al anterior.

Aquí he comprendido que el edificio no debe tratar de reconstruirse después del derrumbe, sino que una vez desmoronado, hay que construir uno distinto.

Antes decía que después de la muerte, la vida DEBE seguir. Hoy la recreo.
Es una fórmula del olvido bastante activa, que no se define por pensar en lo viejo, sino en lo nuevo.

No se si son concientes de los efectos de sus costumbres, Esto no es un desprecio a la muerte. Es un homenaje a la muerte y a los muertos.
Me ha ayudado a entender que quien muere ha sido tan importante que una vez que muere.....puede tener la certeza que ya nada puede seguir igual

No se me ocurre mayor homenaje a la muerte que ese.

Eso lo he aprendido aquí...en Norati.


jueves, marzo 02, 2006

Bitácora de un Encuentro (12)

Dos noches atrás arribé al pueblo de Norati. Y tengo la tibia sensación que pasaré algunas más en estas tierras.
Las razones son fundamentales para mantener esta inequívoca decisión. Son dos : La vida y la muerte.

La vida está aquí. No me he vuelto loca, no me he dado a la filosofía barata...pero la vida, en estos instantes quiere decir....no sé....lo que todos entendemos por vida : la suma de cosas que haces, lo que me va pasando a mi y a mi gente.

Para ser sincera ni siquiera sé muy bien cuales son las opciones que me ofrece esta vida. Sospecho que mi adaptación se irá dando con el tiempo. No tengo problema con eso. La paciencia me parece cada vez más familiar.

Mientras permanezca aquí, defenderé la vida que en estas tierras he encontrado con la armadura que más me convenga. Sobre la armadura vendrá un escudo y tras éste un abrigo, y encima un mantón y así, capa tras capa de carne disfrazada me iré convirtiendo en lo que quiero encontrar.
He luchado con cierto éxito por que esto no sea sólo el fruto de mi imaginación. El pueblo de Norati me tiene dulcemente encantada.
La hospitalidad de sus habitantes, la frescura de sus mañanas, los frutos de sus árboles y la serenidad de sus noches de luna y sin luna.

Ha sido tan lento este proceso de llegar al Encuentro, tan lleno de vacilaciones y fantasmas. Mis propias realidades y mis propias ficciones me han llevado a veces a querer despojarme de mis intenciones y echar pie atrás.
Pero hoy deseo renunciar a todos los esfuerzos de agarrar entre mis manos las ideas preconcebidas de lo que es el Encuentro y prefiero desear que estuviese aquí....en Norati...entre su gente...entre las laderas humedecidas por la niebla al amanecer. En la sal de sus guisos y en el dulce de sus vinos.

Me agrada...me agrado estando aquí.

Sé que quedarme unas noches más significará retrasar mi viaje al Encuentro. Por mientras, como dije, prefiero pensar que puede estar aquí.

No será fácil ser un anónimo en estas tierras. Por mientras estoy acompañada por absolutos extraños, gente que no sólo desconoce mi idioma y los motivos de mi estadía sino que ni siquiera conciben la hipótesis de mi existencia.

No pretendo olvidar el camino recorrido y el por recorrer mientras me quede. Porque sería una forma pasiva de apelar a la imaginación. Olvidar es imaginar que no fue. No es eso lo que quiero. Mi historia y mi destino, son lo que se yergue sobre mis dos pies.

Pretendo poco a poco acostumbrarme a esta idílica aldea de pocos nombres y pocas cosas, bautizadas sólo como quien las señala: agua, aire, bosque, “La esquina del limonero”, “La plaza de abajo”, “La cuesta del Roble”.
Pocos nombres. Este parece ser un mundo de verdad.

Por mientras...no hace falta nada más.

domingo, febrero 19, 2006

Bitácora de un Encuentro (11)

El clima me ha acompañado en estos días. Las noches se han hecho menos frías y durante los días, el calor del sol se ha atenuado gracias a las suaves brisas de aire fresco que soplan desde el sur.

Mi viaje ha sido un tanto más placentero. Las rutas se han convertido cada vez en caminos más ciertos y convincentes.

Consultar de vez en cuando el mapa y conocer de antemano donde llegaré, permite que cada uno de mis pasos sea llevado de manera más firme y confiado.

Sabía poco de este mapa antes de encontrarme con él...me es familiar, no tengo tanto trabajo al descifrarlo, pero siento que todo lo anterior en la existencia de este mapa y mi vida, se reduce a una categoría de prólogo. Como si el destino nos hubiese reservado desde años un rol en la cadena de sucesos y la historia, en que lo único importante parecía el que nos juntáramos en algún momento.

No en cualquiera. Sino en ESTE momento.

Quizás cuantas veces recorrí el lecho del mismo río mientras caminaba en círculos o a tientas en la oscuridad. Quizás cuantos ríos tuvo que recorrer esa botella antes de quedar flotando a la deriva en ese remanso donde la encontré.

Quizás cuantas veces alguien quiso lanzarla antes y el temor de perderla para siempre lo retuvo.

Dicho en pocas palabras, no creo que hayamos estado hechos el uno para el otro. En realidad, ni siquiera el azar tenia tantas probabilidades de juntarnos.
Venimos de lugares comunes, pero separados.

Llevo cierta calma en mi andar desde hace unos días. Ya no temo caminar más lento y vararme en el camino.
Creo que mi tozudez ha dado paso a la prudencia.

Ya no siento el impulso de romper a cabezazos los muros.
Siento que me adueño cada día de un tesón generoso y calmo que me permitirá no cejar hasta rodearlos.

Los fantasmas siguen recorriendo este camino conmigo...de día y de noche.
Cada vez me tiento más de pensar que vale la pena vivir por ciertas cosas.
Incluso, hay noches en que siento me rodea una frágil inmortalidad.

De esas que ya había olvidado.

martes, febrero 07, 2006

Bitácora de un Encuentro (10)



Hace algunas noches, mientras solidarizaba con mi desvelo y trataba de adivinar , sin éxito, donde estaría ubicado Aristarco, el cráter más brillante de la luna, me levanté y decidí caminar a tientas por la oscuridad.

Con un poco menos de miedo que antes, deseaba probarme que el tiempo que ocupaba en esperar el alba, noche tras noche, podría ser útil para avanzar.

En unas noches más sería luna nueva y no tendría más luz que la que recuerden mis ojos cerrados. Era el momento de intentarlo.

Caminar a tientas en la oscuridad no es fácil. Estar quieta en la penumbra ha logrado que los sonidos de la noche me tengan convertida en una experta.
Reconocer cada noche una voz nueva en esta jungla de insectos me ayuda a matar el tiempo.
Disfruto a veces poniéndole nombre a cada sonido. Un carraspeo de dioses metálicos por allá, un azar ronco de alas afiebradas por acá...

Cuando me sorprendo dedicando horas en bautizar cada sonido que me acompaña, me detengo casi asustada, imaginando que tanto nombre me puede causar una afección mental que devaste mi cerebro. Temo morirme sin recordar ni siquiera mi propio nombre. Los nombres hacen eso, a veces: Arruinan por exceso el lugar que ocupan.

Por eso pienso que es mejor identificarlos con colores y sensaciones . Me esfuerzo menos.

Esa noche me sentía valiente. Con la asesoría de mi brújula y con la hidalguía de llevar un tiempo en estas tierras, decidí caminar...a ratos a tientas... a ratos iluminada por los reflejos lunares.


Cuando no conoces el camino los tropiezos y los golpes suelen ser seguidos por la sutil advertencia que el camino a dado el paso a los árboles. Y a las ramas y a los baches del camino.
Muchas veces la vergüenza de terminar abrazada a un tronco sólo se ha visto opacada por la oscuridad.
Otras, mi risa se ha sumado al canto de los grillos.

Sí. He reído.

A poco andar, llegué a orillas de un río. De noche, el brillo de sus aguas me permitían ver que su cauce me impediría cruzarlo.
La acción continua de la erosión y su gran caudal no me dejaría siquiera imaginarme cruzando al otro lado sin poner en peligro lo que hoy me mantenía en pie: la vida.

No tenia más alternativa que caminar río abajo hasta encontrar algún remanso que me permitiera llegar al otro lado.
También podría descansar y nuevamente esperar la luz del día y así contar con un poco más de seguridad en los pasos que cruzarían esas aguas.
Pero ya había avanzado y el sueño aun no consumía mis piernas.

No muy lejos de ese lugar, logre divisar una llanura. Ahí el río sería menos torrentoso e incluso podrían existir pequeñas islas que me permitieran cruzar.

Mis pasos fueron encontrando cada vez el terreno más liso.

Cuando el sol asomaba por entre medio de los árboles fue como si cada gota del río despertara a la vida y le rindiera un homenaje.
El vaho de las humedades formaba una bruma placentera y la luz aparecía como inaugurando el mundo e invitándome a estrenarlo.

Me despojé de mi ropa y nadé al centro de una pequeña laguna que se formaba en el valle. Más despacio que nunca, cerrando los ojos de vez en cuando y respirando hondo. Boca arriba, brazos en cruz, piernas estiradas.

Con el agua densa y los pulmones llenos, mi cuerpo flotaba mejor, como queriendo salirse del agua en una especie de desdoblamiento.
Era silencio absoluto.

Fue ahí cuando noté un leve golpe en la cabeza. Estiré el brazo hacia atrás, dudando entre apartar un tronco o acercarlo más para apoyar la cabeza, pero el tronco era liso.
En un tanteo ciego, noté que era demasiado pequeño y liso para ser un tronco.

Era una botella. Una vez más mi alma ambientalista me hizo pegar un grito de rabia al sentir que una reserva tan natural como la que me rodeaba había sido violada por el desecho de la inconciencia urbana.

La quise arrojar cerca de mi ropa para guardarla hasta el próximo pueblo, pero me detuvo la inconfundible visión de ver un pedazo de papel en su interior.

Un mensaje en una botella?
En medio de un río?
Uno no lanza mensajes en botellas a los rios!!.
Los lanza al Mar!! Y ni siquiera los lanza!!
Son sólo fantasías dibujadas en los cuentos de piratas, naufragios e islas solitarias!!!

Pero era un mensaje dentro de una botella. Tomé aire. No se cuanto rato estuve mirándola. Luego, sin apartar mi mano de ella, nadé a la orilla..

La impaciencia y la curiosidad hacían mas lento el regreso. Me faltaba aire en los pulmones. Recuerdo que daba grandes bocanadas y no lograba más que tragar agua. Me esforzaba por salvar ese mensaje y poder leerlo.
Pero era al revés. La botella estaba salvando mi cuerpo, como un flotador, como una razón para llegar a la orilla.

Me vestí apenas con la ropa necesaria para cubrirme pobremente. Y ahí me quedé. Con la ansiedad carcomiendo mi mente. Con la curiosidad de leer el mensaje y encontrarme con palabras que no eran para mi.
¿Quien lo habrá lanzado al agua??
¿Qué espíritu yacía encerrado en un vidrio buscando un camino para volver a su origen.??
¿Quien selló esta botella lanzando un ultimo aliento de esperanza??
¿Quien necesitaba ser salvado milagrosamente al encontrar destino su grito de auxilio?

Pensaba que no tenia fuerzas para salvamentos. Apenas estaba logrando salvarme a mi misma. No tengo heroísmos de ninguna clase. Los días y el camino me estaban agotando y no podía imaginar tomando otro rumbo que no fuera el mío.

Me costó más de media hora en decidirme a abrirla. Al final, di con la fuerza y el compromiso que ayudaría a quien lo pedía y recorrería otros caminos para dar con la respuesta al deseo que continuaba sofocado por el vidrio.

No sé porque lo hice. Nadie me necesitaba. Tal vez hubiese bastado entregarle nuevamente la botella al río y seguir mi camino.
Fue la curiosidad, supongo. La fe que siempre he tenido en el destino puede haber ayudado también.

Abrí con esfuerzo el sello. Con una solemnidad extrema, voltee la botella para que botara un poco de agua que llevaba dentro. Así la sostuve un buen rato en el aire. Sentía las rodillas dislocadas y la boca seca. Deseaba respetar la intimidad de aquel mensaje. Sabía que una vez leído me convertiría en parte de otra historia. Que no era la mía.

Sentía culpa al estar a segundos de vulnerar un secreto, un destino. Un temor casi infantil de ser sorprendida revisando un cajón ajeno.

Han pasado días y noches desde este encuentro y aun siento el temor de saber que después de revisar el contenido, nada volvería a la normalidad. Lo presentía.

Logré sacar el papel con una rama y una delicada paciencia.
Como realizando un rito ancestral que me obligaría a elevar ese papel al cielo e invocar a algunos dioses.
Lo extendí sobre las hierbas.

La humedad había borrado algunas partes. Las letras en tinta habían dado paso a algunas manchas indelebles que impedirían descifrar el mensaje completo.

El papel era antiguo. Me pareció haber visto alguna vez uno similar años atrás. Las letras me eran familiares. El idioma no era desconocido. Los dibujos si. No tenía memoria de haber visto semejantes dibujos antes.

Lentamente logré ver de que se trataba.
No era un mensaje. Bueno...lo era, pero no un mensaje explicito, escrito, con verbos y solicitudes de auxilio, ni con puntos y comas.

Era un dibujo. El dibujo de un mapa. Algo rústico y muy poco científico. Pero con direcciones y nombres claros. Con rutas y lugares identificados con nombres nuevos y algunas señas que permitirían identificarlos mejor.

Un mapa.
Yo que me había trazado un camino mental...una ruta que solo vivía y crecía día a día en mi mente, en mi intuición y mi deseo de llegar al Encuentro, ahora tenia entre mis manos y apoyado en mis piernas, un mapa.

Prefiero no pensar en una broma macabra del destino. Prefiero no pensar que todo lo que he recorrido, mis desvelos y mis angustias fueron en vano y que ya existía un camino trazado para llegar.

Recorrí uno a uno los nombres descritos y ninguno se asemejaba al Encuentro. Tampoco había una señal de llegada, una meta, una cruz que marcara un tesoro escondido.
Sólo era un mapa.

En un segundo pensé arrojarlo nuevamente al río. Me acosté sobre la hierba, aprisionando ese pequeño pedazo de papel sobre mi pecho.
El cansancio fue vencido por el sueño. Y sería el sueño lo que me ayudaría a entender lo sucedido y lo que debía pasar después.

Dormí durante horas y al despertar, seguía aprisionando el mapa contra mi pecho. La tinta húmeda había dejado una marca en mi piel. Cerca de mi corazón había quedado algo parecido a una F.


Una F? de Ficción?, Fecundo?, Fase?, Felicidad?, Fénix?, Flecha?, Faro?, Fortuna?, Fuerza?, Fe?, Fundir??....

Fundir.

Eso era.... la humedad del papel y el calor de mi cuerpo habían logrado fundirme con la tinta de aquel mapa.

Una vez más recordé cuanto creo en los signos y en mi capacidad para interpretarlos. No era tan difícil.

Han pasado días. He camino bastante. Mi cuerpo aún se cansa cuesta arriba, pero mis compañeros de viaje, mi morral y yo, seguimos en camino.
Ahora nos acompaña un mapa.

Bitácora de un Encuentro (9)


Avanzar . Sólo avanzar.
Eso es lo que he logrado todos estos días.
Sigo aun sin poder dormir algunas noches, pero los días y la ruta me han llevado a sentirme cada vez más lejos del punto de partida.
No se si algún día vuelva a pasar por ahí...pero hoy sólo me dedico a avanzar.
Aquí ya no existen los caminos de vuelta. El punto de mi partida ya está marcado por mi ausencia. Ya no soy quien fui.


Hace tiempo que lo sé. Lo he aprendido en este viaje. Sigo conjugando el verbo volver, a veces con demasiada ligereza. Esta vez no deseo permitirme ese lujo.
Ya no vuelvo...ya partí.


Me quedan asuntos pendientes que aun me atan las piernas al caminar. Mentiría si digo que no pienso en ellos o que no los siento en cada paso.
Pero día a día me ocupo de ellos con la convicción de dejarlos atrás.
Y si al final de este viaje aún me acompañan, espero que sus ataduras se conviertan en seda...en algodón de azúcar...para saborearlos en el recuerdo con la dulzura del pasado.

Llegar al encuentro será nacer de nuevo. Arribando con los recuerdos de mi vida anterior, recordando la vida y el deseo de morir. De haber rogado noche tras noche que al cerrar los ojos no pudiera volver a respirar. Sumergirme en un sueño anhelado, placentero...liberador.
Mi nacimiento será casi como una reencarnación vívida y conciente.
Eso será mañana o pasado mañana o lo más probable es que pasen muchas mañanas antes de nacer.


Por ahora..solo me importan las fronteras....cruzarlas, en sentido de ida...no de vuelta, pero siempre dentro de la vida. La muerte cada vez me pierde más el paso.

Tengo conciencia que la imagen del nacer de nuevo será un proceso real. Lleno de humedad y desgarros, envuelto en un llanto rabioso, cubierto de sangre y con los párpados sellados. Sentiré nuevamente el frío y la presión sobre mis huesos. Confundiéndome al ir perdiendo la ingravidez y la dependencia.


Hoy sólo soy un pantano de células forzadas a juntarse y crecer y dividirse...estoy multiplicándome cada día más. Estoy creciendo para luego buscar una salida.
Buscar esa salida a tientas y a empujones, cegada por la sangre.


Esta vez no será necesario inventar mi nacimiento lleno de gasas y olores dulces. En este nacimiento no llegaré envuelta al mundo como un caramelo de cara rosada.

Mi memoria esta vez no será entretenida por las fantasías del amor y la dulce espera. Tampoco estaré acompañada de mis padres, aunque a veces, en sueños, pido a gritos que así sea.
Esta vez nadie cobija mis sueños con canciones de cuna y sueños infantiles.


Está vez nazco sola...sólo me acompañará el pecado del orgullo y la soberbia...el haber palpado el dolor y la derrota con mis manos. Con la conciencia clara de llevar la historia y la sangre de mi pasado.

viernes, enero 13, 2006

Bitácora de un Encuentro (8)

Extenuada, cansada, rendida..
Caminar no sólo me ha servido para ver la luminosidad de mis pasos, sino para sentir cada día el sonido quejumbroso de mis huesos y la debilidad de mis músculos.
Descansar me ayuda a entender que para acallarlos sólo puedo dejarlos gritar y sostener su lamento hasta que se agote....y así conciliar el sueño y esperar entre tinieblas y grillos el alba.
Aún no logro dormir de noche. La oscuridad aún no logra consolar mi espíritu.
Cierro los ojos con la esperanza de despertar al atardecer y poder ver la luna del la vigésima cuarta noche.
Se inicia un nuevo año en Oriente y los Dioses ascenderán al cielo para presentar sus respetos, con sus labios untados en miel para hablar solo de cosas dulces.
Será tiempo de reunir a la familia y los amigos. Hablar de las experiencias del año que se aleja, rendir homenaje a los antepasados y los que partieron antes que nosotros.
Habrán abrazos y ceremonias que ayuden al intercambio de buenos deseos.
Habrá reconciliación y entierro de rencores.
Dragones bailarán con leones, envueltos en sedas y brillos...deseosos de comenzar una nueva era.... llena de esperanzas y deseos de eternidad.

Para mi...sólo será un encuentro espiritual y conciliador con la noche.

Lo más probable es que en la lejanía logre distinguir los fuegos de algún pueblo tras las laderas.
Pero ahí estaré... en soledad y en paz.

Con la libertad de abrazar al viento y las estrellas y pedir como deseo llegar al Encuentro. No importa el tiempo que me tome. Sólo llegar.

Será el tiempo para enterrar los dolores del pasado...aún sabiendo que son inmortales.

Será el tiempo de gritar a los vientos por tranquilidad...aún sabiendo que no será tarea de ellos...sino sólo mía.

También será tiempo de trazar en mi memoria la ruta que deseo seguir y el final que deseo encontrar al término de este camino.
Será tiempo de sacar del morral la única botella de vino que llevo conmigo y brindar en la distancia por todo aquello que mantiene funcionando mi corazón y mi alma: La risa de mis compañeras de viaje, la fuerza de mis antepasados, la inocencia de mi infancia y la libertad que hoy me tiene sobre estas tierras.

Brindaré por la vida y la muerte...La buena y mala muerte. Por la que se espera y por la que sorprende.

Brindaré también por aquella noche que me sentí inmortal mientras hacíamos el amor.


Y la última copa... bebida gota a gota me ayudará a divagar y fantasear que mi fuerza tendrá la capacidad de limpiar los dolores a su paso, como un torrente de efecto curativo.

Y me dormiré al alba, sonriendo y embriagada... con la férrea convicción que en algún lugar nos volveremos encontrar.

Bitácora de un Encuentro (7)



Como en una película, estaríamos ante la ultima escena. Yo, en primer plano, caminando de espaldas al pueblo de Semahui..... Un primer plano glorioso, donde miro atrás, me detengo a escuchar por última vez los lejanos sonidos... sonrío y sigo por la senda que me ha de llevar al Encuentro.
La sensación de paz, me lleva incluso imaginar este final con un último guiño de complicidad a la cámara.

Pero esta película aun no tiene final..tampoco dará para una saga, pero lo cierto es que mi final es llegar al Encuentro. Conocer lo que me espera y compartir mi testimonio de viaje con mi historia.
Aún quedan muchos días para continuar tejiendo los hilos de esta trama.
El final no puede firmarse aquí. Si así fuese el fin de esta historia, me quedo sola y sin nada.
Y como soy la autora voluntaria de este guión a veces absurdo, me sumo a las protestas de un mal final y decido continuar.

A poco andar, una vez más me encuentro abandonada en el silencio del bosque. Ese silencio que me hace pensar y también pagar por las consecuencias de lo pensado. Porque ahora sé cosas nuevas.
Sé, por ejemplo que la única razón para disfrutar de este silencio es acallar el quejido monótono de los fantasmas que uno a uno van quedando atrás.
De algunos me he despedido con un fuerte abrazo, con tristeza, incluso reteniéndolos por largos minutos con la escasa fuerza que me quedaba en las manos, pero sabiendo que sin ellos es la única manera que tengo para avanzar.

Con otros, nos hemos despedido con dolor, mirándonos a los ojos, negándonos el destino con la cabeza y despidiéndonos con un hilo de voz. A ellos los he visto quedarse atrás, acompañados sólo de la lucidez del ultimo instante, esa capacidad de bajar los brazos al final del combate y aceptar la pérdida...la derrota.... Porque sí....para mi ha sido un triunfo más. Para eso he venido.

No para dejar mis fantasmas llorando mi ausencia certificada y condenada por el abandono, sino sólo para separar dos mundos en mi vida, por un purgatorio muchas veces confuso, un limbo poblado por islotes de cordura y soledad....y cada vez, al pasar por estos islotes, sentirme tan cliché como el Ave Fénix, sabiendo que no necesitaré otra perspectiva que mi paciencia para cruzarlos.

Sabiendo que al final no volveré.
Y pidiendo que la vida me respete y me conceda algo de tiempo para seguir avanzando.

sábado, enero 07, 2006

Bitácora de un Encuentro (6)

He recorrido valles, bosques, ríos, muros y también he caminado en círculos por varios días.
Llevo más de tres meses en este viaje y al mirar atrás siento esa tibia satisfacción que he avanzado.
Muchas veces con cierta lentitud que me impacienta...otras, enfrentando el dolor y la soledad...
También hay días que siento que este es el viaje mas frustrante en ese sentido. Lento, dolores y solitario.

Me he planteado teorías absurdas, sustentadas en la evidencia de mis pasos, donde he debido atreverme a despertar con pruebas ante controversias que me han quitado el sueño.

Hay veces en que siento que este viaje puede ser en balde. Como otros. Pasar tres o mas meses fuera de casa me hace sentir que volveré con la sensación de haber perdido el tiempo, volver con las maletas tan vacías como antes de partir.

Hay veces en que tengo la fortuna de presenciar algo hermoso en el camino, algo que por si solo compensa el viaje, el frío infernal, los sacrificios...y vuelvo a creer que volveré a casa mejor de lo que partí.

La brújula..esa pequeña brújula que me acompaña desde que partí, siempre me ha indicado el camino a tomar. Y como pensé desde un principio, me ha ayudado siempre, a ver por donde no debo volver a pisar.

Hace unos días, abandoné el último pueblo. Me hospedé ahí unos días. La gente era amistosa... con un especial sentido de la vida.
De día no hacían más que trabajar..tan laboriosamente que no tenían tiempo para levantar la vista y ver quien pasaba por su lado. Labraban la tierra, sembraban y sembraban con la fiel esperanza de ver la cosecha al término de la primavera.

Pero de noche era otro pueblo. Su gente reía, bailaba, tomaba grandes cantidades de vino y celebraba uno a uno sus ritos de fiesta hasta quedar extenuados, para levantarse al alba y volver a trabajar.

De día no conversaba con nadie..solo me limitaba a observarlos y esperar con ansias la noche para verlos florecer en esta especie de alegoría a la vida.

Eran amables. No pasó mucho tiempo para que me viera envuelta en sus ceremonias y bailes, celebrando no se qué...creo que el solo hecho de ver a gente feliz, aunque fuera de ocaso a ocaso.

Al pasar los días, o mejor dicho, las noches, sabía que debía partir en algún momento. No pertenecía a ese lugar. Debía seguir avanzando y quedarme ahí sería no concluir mi viaje al encuentro.

El pueblo de Semahui debía quedar atrás. Pero durante días pensé que distraerme y dejar de pensar un rato en la ruta que debía tomar más adelante me haría bien. No quería cuestionarme si el estar ahí perdería tiempo preciado, como tampoco pensaba en los beneficios que me traería el compartir con estas personas.

Hasta aquella noche.
Celebraban uno de sus mas importantes ritos. Las mujeres obsequiaban a los hombres regalos hechos por ellas mismas...con cuero, madera y arcilla. Y ellos les entregaban prendas de vestir que en conjunto adquirían días antes en un pueblo cercano conocido por elaborar prendas finas de seda y algodón, de colores vistosos y alegres.

Una vez intercambiado los regalos ellas debían vestir sus prendas y bailar al son de los tambores y del fuego. Ellos guardaban sus obsequios como tesoros dentro de sus hogares.

Y la fiesta comenzaba. Baile, vino, risas y olvido. Eran espíritus consumidos por la energía.

Los días anteriores había recogido unos pequeños trozos de madera , que con un par de piedras me ayudaron a hacer una figura parecida a una guitarra. Sabía que debía llevar un obsequio aquella noche. Sabía que habría alguien que recibiera mi regalo.

Esa noche también bailé...también bebí vino dulce y también me dejé llevar por el sonido de los tambores y el fuego...
Pero esa noche no hubo sedas para mi.... No me vestí con prendas nuevas para celebrar.

A la mañana siguiente, aprovechando que todos habían vuelto a sus tierras, empaqué y partí. Sólo me despedí de él. Había dejado su regalo sobre una mesa. De cerca era solo un trozo de madera..mirarla de lejos y con imaginación más parecía una guitarra.

lunes, diciembre 05, 2005

Hasta Pronto, Pipa


"Al atardecer se levantará para ti una especie de luz meridiana, y cuando creyeres que estás acabado, te levantarás cual estrella matinal. Estarás lleno de confianza por la esperanza que te aguarda" (Job 11, 17-18)

Encontrarse con Dios a los 84 años, significa haber vivido una prolongada existencia. Es encontrarse con Dios al final de un largo viaje. Quizás demasiado cansada....pero también con hermosos y tristes tiempos de despedida.

Tu vejez fue la antesala natural de un gozo y descanso eterno.
No fue una época fácil de tu vida. No fue fácil enfrentarte a la perdida progresiva de tus fuerzas.

Pero tu vejez también fue una constante y serena recogida de tus FRUTOS.
Tus hijas, tus nietos y bisnietos, tus grandes amistades....Todos ellos somos tus FRUTOS.

El dolor, la soledad y la impotencia que nos deja tu partida, se convertirán día a día en sonrisas, paz y alegría, cada vez que recordemos los innumerables momentos que pasamos a tu lado y alrededor de ti.

Hoy siento que la muerte te ha arrebatado, Pipa....
Siento una irreparable pérdida...me siento sola...Aun sabiendo que estas en el cielo.

Creo que es solo la sensación lógica de haber perdido la tierra donde hundía cada día mis raíces.

Hoy tu rostro surcado por las arrugas y la vida, es ahora una de esas pequeñas luces que iluminarán mis noches.
Descansa con Dios...y en paz, Pipa.

sábado, diciembre 03, 2005

Bitácora de un Encuentro (5)


Hace más de dos semanas que camino en círculos.
Ni las huellas que voy dejando a mi paso me advierten que ya he pasado por aquí mas de un par de veces.
Las mismas huellas que a ratos se han transformado en surcos del camino....recibiendo mis pasos una y otra vez.

A ratos siento una rara claustrofobia que me ahoga, impidiéndome respirar y aprisionando mi pecho dentro de este extraño círculo.
Pero a ratos siento que sentirme encerrada aquí, dando las mismas vueltas hace días, es como si el tiempo quisiera robarme la memoria. Jugarme una broma de mal gusto y llevarme hasta el fin desposeída del pasado, sin otra identidad que la de este preciso día.

Como si ya no tuviera sentido salir de aquí y seguir avanzando. Como si ya no me tienta la idea de abrir una etapa distinta y superior. No estoy cansada.....El dar vueltas en círculo me ha adormecido y anestesiado.
Como si ya no me interesara llegar al final del camino.
Como si ese camino poblado de fantasmas y recuerdos no fuera mejor que este círculo incontenible de éter.

Pensándolo bien...puede ser el cansancio. El cansancio anterior a las cosas. El de saber lo que va a pasar antes que pase.
Cada vez, arrastro más los pies..el camino se ha vuelto liso...ya no tropiezo.

No suelo perder la paciencia....quisiera estallar a menudo, pero esta vez tampoco, perderé la paciencia. Hoy me pesa más la resignación.

Y sigo dando vueltas en círculos. Hace días que conozco el guión de esta tragicomedia patética. Días.
Y siento que lo seguiré haciendo. Quien sabe si un día se me olvide dar el siguiente paso. Tal vez un día se me olvide dar el próximo respiro. Tal vez un día me olvide de mi misma...de lo que hago en este camino, de donde vengo y hacia donde deseo llegar....al final del camino que me conectará con lo que es.

Pero aquí me tienen todavía. Caminando por la vida a ras de suelo, cargando gustosamente con el lastre del pasado, que atesoro y que permito me acompañe a todos lados.

No he podido abandonar el pasado en este bosque. Siento temor de dar paso al presente que me espera a la mitad o a los pies de este camino. Hay noches que lo sueño como un gigante con un garrote en la mano...esperándome escondido, siniestro y en silencio.

Pero bueno.....creo que es hora de ahorrarme las excusas. Ya no tengo edad para andar haciéndole el quite a este bulto. Tengo miedo de salir de aquí. No quiero saber lo que me espera. No quiero, siquiera imaginar con que me encontraré una vez que retome el camino de este encuentro.

El dar vueltas en círculos a ratos suele ser una decisión consciente y deliberada, cuya responsabilidad no puedo eludir.
Esa es la verdad...estricta, pura y desprovista de excusas. Tengo miedo.
Solo espero que el futuro respete mi libertad, incluso cuando me equivoque.

miércoles, noviembre 16, 2005

Bitácora de un Encuentro (4)

Ya esta amaneciendo. Pronto será nuevamente de día y poco a poco voy sintiendo como el rocío ha impregnado el aire a humedad y tierra. Tomo una bocanada grande de aire fresco y exhalo como queriendo convertir mis suspiros en aurora.

Hay paz....hay silencio...
Otra noche más que he logrado derribar las distancias.
Otra noche más que logro sortear el turbulento ruido de las aguas que pasan bajo los puentes.
Una noche más donde mi paciencia se ha ido desbordando en fe.

Por las lomas comienzan a bajar los rayos del sol. Todo se ha vuelto tan tibio.
Creo que es hora de descansar.
Me despojo de mi carga. No tengo morada donde descansar...pero el suelo firme me acompaña. Cierro los ojos, extiendo mis brazos y me entretengo unos segundos jugando con las hojas caídas.
Suavemente suspiro tu nombre...y me sonrío.
A mi lado, también descansan mis dos compañeros de viaje. Han sido infatigables e incondicionales. Me han acompañado todo el trayecto...de día, de noche, derribando muros y fantasmas. Siempre a mi lado...conmigo.

Son tan diminutas y frágiles... pero soberanas y libres como el viento. Sin embargo están aquí...a mi lado...una vez más en este largo camino al encuentro.

Una de ellas es una hermosa y frágil mariposa. Creo que vuela por la sola fuerza de sus colores. El movimiento de sus alas han marcado el silencio día tras día...como un murmullo de voces eternas.
Muchas veces , al verme exhausta, rendida y abatida por el cansancio, llega amistosamente, casi imperceptible...y deja un par de gotas de agua sobre mis labios. Son gotas frescas...dulces.
En las noches se posa sobre mi hombro..como vigilando el camino. Al reposar en mi, me llena el alma de quietud.
En el día...el sólo color de sus alas me da la misma fuerza que ella tiene para volar...

Ahora descansa a mi lado. La noche ha sido larga para ella también.

Mi otra compañera de viaje es una pequeña y ágil ardilla. Hay veces en que pienso que se ha perdido...pero sólo anda dando brincos entre las ramas...pequeños saltos entre el arco iris y el cielo. Salta y corre, como cabeceando burbujas de espuma. Es diminuta, pero en su alma crece la vida con la profundidad de un gigante.
Muchas veces, ante la fatiga inminente del viaje, ha compartido conmigo un par de nueces.
En las noches, se sube a mis piernas y se duerme en mi bolsillo. Es tibia...es suave.

Ahora descansan conmigo. Junto con el sol, han comenzado a teñir el día con el calor de los inocentes.

viernes, noviembre 11, 2005

Bitácora de un Encuentro (3)


La luna se ha escapado por los escondrijos del camino.
Es de noche...la ultima fracción de luz que quedaba ya no está.
La oscuridad esta socavando las laderas y los puentes.. y sólo camino a tientas.

Es ahí, en los puentes donde más vacilo al caminar.
La noche se va haciendo larga y cada vez deseo mas que amanezca para poder respirar el sol y descansar recogiendo las hojas caídas .

No me gusta la noche. Prefiero descansar de día. El sólo sonido de los rumores nocturnos me impiden conciliar el sueño.
Siento que hay ojos opacos mirándome....deben ser mis fantasmas. Ellos cargan el testimonio de mis sueños y de mis noches sombrías.

Hace unos pasos atrás, no muchos...había un muro. No era tan alto...pero su espesor era más allá de las fronteras de mis ojos. Subirlo no fue tarea difícil.....cruzarlo me demoró bastante más.
Los pies no avanzaban fácil...era todo cubierto de lodo y piedras, suciedad y mal olor.
Dura tarea se hizo derribar esa distancia. Deseaba con toda la fuerza de mi alma que ese momento infeliz se esfumara velozmente con cada paso.

De pronto entendí que a mis pasos les faltaba mucho más que andar. No era sola fuerza....era sólo la verdad la que me llevaría al otro lado.
La pureza y el privilegio de la verdad. La tranquilidad de estar lejos del engaño. La ignorancia frente a la mentira.

Y es así como poco a poco logré alcanzar el otro extremo. Sin hacer ninguna fuerza más que la de mis propios pasos.

Este gran muro, plagado de tinieblas, lodo y piedras....maloliente e ignorante...
Este pequeño y grueso muro, construido en un universo manoseado y pobre...
Este muro que yacía inerte, derrotado por la posesiva maldición de la ira....
Había quedado atrás...

Al poco andar y volver la mirada...se veía tan pequeño...tan insignificante.
Las dimensiones de mi asombro y mi paz eran infinitamente más grandes....
Aún más, cuando con detención logré ver, que en la distancia...el pequeño muro se derrumbaba. Se partió en 7 grandes pedazos...5 de ellos cayeron, desplomándose con la fuerza de un muerto. Sólo 2 quedaron en pie. Paradójicamente, sólo quedaron en pie la Belleza y el Error.


Por un segundo pensé que me invadiría la tristeza.... pero sólo sentí como el sol abrazaba mi cuerpo desnudo...

Y fue ahí que nació una sonrisa, que como la brisa atravesó el espacio entre lo claro y lo oscuro.

miércoles, noviembre 02, 2005

Bitácora de un Encuentro (2)



Ya van varios días de viaje...
A ratos recorro trechos donde el camino se ha hecho angosto, como aprisionando mis pasos e impidiéndome avanzar con la rapidez y liviandad que quisiera.
A ratos, también, logro ver en la distancia que más adelante habrá más espacio, más holgura...más serenidad.


A lo largo de este camino ya recorrido...aun no encuentro una posada donde descansar.....Los pies me duelen y ha habido momentos en que quisiera detenerme....y simplemente descansar.

He debido enfrentar caminos dispersos que a ratos me confunden.....No hago más que levantar los hombros en señal de asombro y de impotencia..

He luchado con fantasmas y tinieblas...Poco importa si es la mente o no quien los origina...
Lo que importa es que ocurren...vuelan...y llegan....
Han comenzado a formar parte del paisaje...Forman parte de mi existencia a través de este viaje...Les he prestado atención y día tras día trato de situarlos en un paradigma concreto que me permita vivirlos como una compañía más....tomo aire y recuerdo que hace unos días sólo tuve un camino que escoger...el de adelante. NO hay vuelta atrás...

Por lo que amigos fantasmas y tinieblas....vayan haciéndose la idea de recorrer este camino conmigo. Sé que en algún momento se cansarán y se recostarán a orillas del camino...
Y yo seguiré avanzando.


Y ahí estaré nuevamente...como buen marinero...a merced de las aguas y de los vientos.

viernes, septiembre 30, 2005

Bitácora de un Encuentro (1)




Rumbos,
velocidades,
maniobras y
accidentes de un viaje

No estoy tomando el camino del reencuentro..... Sólo el del encuentro.
No ha sido producto de la casualidad...quise tomarlo...quiero buscarlo.
Con todas las fuerzas, pero también con todos los miedos.

Se que lo que me puedo enfrentar en el final de este camino puede no ser lo que más me gustaría...pero si estoy segura que será verdadero.

Probablemente sea un rumbo solitario, personal , pero definitivo, que en el andar se irá transformando en este puente que necesito hacia lo demás.

Será un punto de conexión que me unirá irremediablemente al mundo de lo que es .

No quiero perderme en el trayecto, ya me ha costado bastante preparar todo el equipaje.
No importa cuanto me demore...bastará el sólo llegar.

Ya llevo 5 días en el recorrido...
Me he asomado infructuosamente observando ambos lados. Aún no encuentro nada.
Pero no dejaré que el silencio y el desconcierto me ahuyenten..

No temeré extraviarme de vez en cuando...Como tampoco me dejaré paralizar cuando vea la inminente separación de mi alma y mi conciencia.
Como tampoco me detendrán los oscuros pantanos. Sólo me aferraré a la idea de saber que más adelante, después de los charcos y barriales, el sendero se corregirá.

No llevo mapas en esta ocasión. Sólo una pequeña brújula me enseñará por donde no debo pisar.

Voy con los pies descalzos sin temor de sentir las asperezas y el frío, porque sé que del mismo modo me indicarán cuando es suelo firme y tibio.

Llevo entre mis manos abiertas mi alma, que muchas veces servirá para iluminar el sendero. En otras, me revelará que es de noche y que tendré que descansar.

Pero al ocultarse el sol y al mirar atrás podré ver la luminosidad de mis huellas...que me mostrarán día a día, que las vidas pueden encontrarse, de nuevo, desde un lugar distinto.

domingo, septiembre 25, 2005

Y para qué olvidar?



Hay muchas veces en que evito recordar....otras, como estos días, deseo y me esfuerzo a hacerlo, como una desesperada manera de revivir intensos momentos donde, como en cualquier vida, no todo fue feliz...pero sí todo fue real e innegable.

Aprovecho algunas horas tranquilas donde atar muchos de los cabos sueltos que andan por ahí se ha vuelto una tarea entretenida...a ratos triste, a ratos grata..pero entretenida.

Todo es pasado...aun cuando escribirlo lo trae a hoy... al presente.. Donde a veces siento que voy sembrando un camino de piedras...algo disparejo, pero firme.
No se cuanto llevo escribiendo cosas del pasado. Algunas se me presentan mezquinas a la fuerza...otras fluyen como si las hubiese vivido hace sólo un segundo atrás.

Me gusta esto de ver el pasado y sentir como lograste perpetuarlo en cada carta, en cada correo, en cada foto que tomaste.

Como ese correo que me escribiste hace exactamente un año y tres días, donde entre otras cosas, me decías...
“Hoy quiero poner mi corazón en tus manos y tomar el tuyo en las mías. Puedes estar segura que este tiempo que nos hemos tomado (o que me he tomado), te puede dejar tranquila de que estoy tomando una decisión honesta, responsable y leal para los dos, y no a la rápida. Eso espero que compense en parte la demora y el sufrimiento de la espera, la que para mi, a ratos también se hizo larga y tormentosa, pero necesaria.
No nos cuestionemos más y empecemos a construir hacia delante nuestro futuro. Por suerte los remedios ya están haciendo su efecto y me he sentido súper bien en los últimos días y los ratos malos me dicen son efectos secundarios de los mismos remedios.
QUIERO QUE ESTAS PALABRAS DIBUJEN UNA SONRISA EN TU CARA
QUIERO QUE LEERLAS SEAN UNA HERMOSA PARTE DE ESTE DIA
QUIERO QUE CADA PALABRA TE ILUMINE EL CORAZON
Si te parece podemos juntarnos y sellar este compromiso de hombre y mujer con un gran beso y abrazo.
TE ESPERO, TE AMO,
Tu flaco de siempre."

Recuerdo que esa noche, abrimos la mejor botella de vino que había en la casa y nos besamos y abrazamos sabiendo que estábamos siendo parte de una sublime quimera.

Cuatro meses más tarde, besé tu cara por ultima vez...Ya no estabas ahí...
Habías decidido descansar junto a muchos que partieron antes...y convertirte en un maravillosa parte de mi historia..una que hasta hoy permanece viva, presente y más hermosa que nunca.

He continuado con mi vida, sabes? Con este que llamo mi camino de piedras, que a ratos se vuelve áspero y árido, pero también más estable y seguro.

He continuado mi historia...alegrándome cada día que el OLVIDO no sea una de mis grandes virtudes...
Y recordando, cada dia, que en nuestra historia, sólo existe una cosa que me puedo imaginar más terrible que haberte perdido...

No haberte siquiera conocido..

martes, septiembre 20, 2005

Puor the red wine, please...


Invierno....del latín hibernum.....

Querámoslo o no, se ha comprobado que los animales, en estado de hibernación - incluyo a varios con nombres y apellidos - logran bajar su temperatura corporal hasta cerca de los 0º.
En este periodo, también, disminuyen varias de sus funciones metabólicas...que no por cierto deja de ser - por decir lo menos - triste...casi nostálgico.
Y que, pensándolo bien, es una excusa bastante barata para algunos.

Pero en fin...es invierno...y es de esperar que su término agite ciertas “funciones” un tanto adormecidas.

Y como si con esto no bastara, en este periodo, los sentidos logran alcanzar un estado de sueño muy parecido al que se consigue artificialmente por medio de un cuarto de ravotril.

Ahora me explico todo...
Todo ha sido un sueño....tres meses de mínima elaboración de energía...la justa para mover un pie delante del otro y no quedarme parada en cada esquina.

Lo mas probable es que este color verde grisáceo que ha tomado mi cuerpo durante este época se deba a esos malditos cero grados que me han recorrido desde las pestañas hasta el dedo gordo del pie en todo este tiempo.

Gracias a todos los equinoccios y solsticios que esta broma dura solo tres meses.

Mañana ya será primavera...que volviendo a mis raíces latinas, viene de primero y ver...

Que será lo primero que veré al despertar?
Que será lo que quiero ver primero al despertar?

Obviando mi velador, claro, la almohada vacía al otro lado de la cama y el despertador, creo que saldré descalza...con un humeante té verde entre las manos a caminar sobre el pasto húmedo...

Disfrutaré de un día más de vacaciones...saldré a pasear con mis hijas...e incluso pienso que no sería mala idea hacer un par de llamadas....


Sólo para celebrar....

Sólo para despertar...

jueves, septiembre 15, 2005

Por que te dejo ir


...when enough, is enough

Porque las pérdidas forman parte de nuestras vidas.
Porque las pérdidas con el tiempo y el olvido, nos permiten quedarnos con lo bueno.
Porque son constantes e insoslayables. En todo orden y en toda dimensión.
Porque muchas veces son pérdidas necesarias porque crecemos a través de ellas.
Porque con la pérdida se trata de conceder mucho más de lo que estamos dispuestos a dar.
Porque no hay pérdida que no signifique una ganancia...un crecimiento personal.

Porque madurar también es aprender a soltar.

Hoy te pierdo....Hoy te
entrego

Porque otra vez...en tan corto tiempo, me alejo para quedarme conmigo ...y para volver a empezar.

miércoles, septiembre 14, 2005

Un té verde, por favor



Avanzaba a paso ligero..sorteando lustrabotas, sacadores de vuelta que huelen a café matutino, vendedores de sueños plagiados y respirando bocanadas de este aire que cada vez huele más a ceniza. Pero estaba helado. Y eso , cuando necesito enjuagar las ideas, suele ser bueno.

Sin embargo, hay veces en que por más que se hiele el mate, nos las puedo ordenar. Ni menos ignorar.
Hoy precisamente desperté con una , que si pudiera retratarla, sería como un walkman incrustado en mi sien imprimiendo la misma canción...una y otra vez....como un loco desvarío sin fin...
De vez en cuando logro bajar el volumen y consigo concentrarme en unas cuantas cosas más...que a esta altura de la mañana comienzan a volverse urgentes....no por su importancia...sino porque las deje de lado, en algún minuto ayer...y antes de ayer.

Esa música...esa canción....esa precisa canción....
Mil veces he deseado regresar a ella , pero prefiero perderme en los recuerdos. Mi imaginación un poco envenenada, todavía con el tacto y el sabor de sus notas, arde en el deseo de arrinconarla y abrazarla, aunque sea una vez mas.
Pero creo que hoy no le daré en el gusto y decido encarar el inevitable trabajo de hoy..así, sin distracciones.

No más de esta música....

Turn OFF

Debo crear, debo ordenar....y lo voy a hacer tomándome un buen té.


Odio cuando no alcanzo a cruzar con la ultima luz verde...

Pero no importa...hoy decidí tomarme un té..
Aun cuando el epilogo de este día no mejore mis expectativas.
Aún cuando sienta que la mañana se desploma casi como a traición.

Necesito concentrarme...el día me lo exige..el trabajo también.

No puedo dejar de presentar este atado de ideas brutas .
Tengo que darles forma, números, fechas....

Y solo me quedan dos horas.

Pero no importa....he decidido tomarme un té.

Sólo bastarían dos cuadras para sentarme, ordenarme y pedirlo.....humeante, dulce....y verde.

Fueron tres...Y en menos de dos horas pienso que todas esas imágenes toscas que llevaba en la cabeza tienen una nueva forma....Suenan bien...Lucen mejor en el papel..
Las miro de lejos...me abstraigo y me gustan.

Me quedaría aquí toda la mañana...pero me quedan minutos para regresar, sonreír y hacer creer a todos que ha sido un trabajo sacrificado de semanas de organización y sesera.

Por esta vez, la luces me acompañan....y el ascensor también.

LLego rápido.....el tiempo suficiente para arreglarme el pelo frente al espejo y dejar pasar el respirar tan agitado.
Y Por un instante, vuelvo a sentir esa música, aqui sonando una vez más...

Y Por un instante me delata una pequeña duda.....


Desde cuando el té sabe tan amargo?





sábado, septiembre 10, 2005

Cuando una Puerta se Cierra


Detrás de la puerta quedaba el lejano sonido de Sweet Child of Mine, de Guns N Roses...
Es un sonido frío...me marea un poco....Me agota la lógica impenetrable de las cosas.
La música, el frio, la lejanía....la puerta...los sucesos...
Me agota la sensación de que cada suceso provoca forzosamente el siguiente y exige la existencia del anterior...y la suma de todos devela el conjunto...como un pentagrama en el que cualquier borrón minúsculo o vuelta atrás, que logre enmascarar una sola nota de la música, volviera inconexa y fallida una sinfonía entera.

Yo antes no era así. Creía.Creía en las cosas.Creía en las personas. Hoy creo mas en los signos, en mi capacidad para interpretarlos. Uno mas uno: Dos....Y dos mas dos...Cuatro. No es tan dificil.

No diré que es la primera vez, pero nunca me habia pasado asi...con esa intensidad...como si la urdidumbre secreta de la vida tejiera sobre mi pecho una armazón metalica, tan rigida que casi me impide respirar.

Por unos segundos, pensé que no sería capaz de mover un músculo. La mínima concatenación de sucesos insignificantes-golpear una puerta, servirme una copa de vino, echarme en la cama. Y después..poner un pie en el suelo, sacar mi abrigo , abrir la puerta y dejarla cerrada trás de mi. Bien cerrada.
Todo exigia a mi mente un esfuerzo sobre humano.

Tengo 36 años. Es probable que me quede media vida por delante. No quiero sentir que me pesan como mil años.

En fin...no se cuanto tiempo he pasado asi. He llorado un buen rato....supongo. Un suceso más...un signo más.

Al principio fue sorpresa....luego dolor......
Aún es dolor.

Pero no tengo prisa.
Mañana va a llover...ese es un buen signo.
Creo que la brisa helada y fresca después de la lluvia me ayudarán a comprender el porque saber algo que es mentira y conocer la verdad, nunca son lo mismo.

E incluso me ayudará a saber que no hacia falta tanto esfuerzo.

Para saber que la noche esta sembrada de mentiras no es necesario un faro.